PARIDAD SÍ, ¿Y CON EL PODER COMO VENIMOS?
- Orgulloses
- 26 jul 2021
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Este fin de semana se oficializaron las listas para las PASO para las elecciones legislativas de este año. Siempre es un buen momento para analizar desde la mirada de las relaciones entre los géneros que pasa con el poder, los cargos y la política. A continuación van un montón de obviedades para quienes hacemos política y novedades para quienes tienen curiosidad pero no son parte de este mundillo.
En el año 2017 se sancionó la ley de paridad política que establece que las listas deben armarse con 50% hombres y 50% mujeres de manera alternada desde el cargo más alto hasta el cargo más bajo, sólo para cargos legislativos. ¿Cómo resuelve esta ley las personas NO BINARIAS recientemente posibilitadas de registrarse de tal manera en su DNI?, no tenemos idea.
Más allá de la mirada binaria desde la cual se arma la ley de paridad y cómo la misma deja por fuera a las diversidades identitarias existentes, más allá del binomio hombre-mujer, que pasa con las mujeres trans y cis en las listas?. Empezando por el colectivo travesti-trans la cantidad de personas trans en las listas es casi inexistente. Si no caemos en un error solo Daniela Castro y Paula Arraigada ocuparían un cargo en las listas en esta oportunidad.
Sin haber presenciado el cierre de lista, por los nombres y las referencias podemos deducir quien “puso” cada cargo. Porque aunque en nuestra imaginación en los cierres de lista hay gente luchando por ser parte de la misma, la realidad dista mucho de eso. Hay 3 lapiceras a lo sumo, una repartición de cargos en una mesa chica y después cada una de esas lapiceras evalúa a quién de los propios pone.
El punto es quien maneja hoy esas lapiceras. Cuántas son las mujeres que forman parte de esa mesa chica de decisión. Esas lapiceras son dueñas de las bancas y elección a elección con acuerdos, alianzas y fortalecimientos territoriales se sostienen o pierden. Esas bancas hasta ayer tenían un solo género MASCULINO. Así que al señor lapicera le era cómodo poner a sus amigos. Hoy hay una ley que lo obliga a poner mujeres, así que el señor lapicera debe incorporar a la mujer que tenga cerca, estás no siempre son militantes, no siempre vienen de la política, pero esto es algo que sufren hombres y mujeres. Con la paridad no cambió quien tiene el poder, pero sí obliga al que tiene poder a poner mujeres y no es un logro menor.
Algo que muestra de manera evidente la primacía masculina es que la mayoría de las listas son encabezadas por hombres. En la ciudad solo dos de por lo menos ocho listas son encabezadas por mujeres. La lista de Juntos por el Cambio que es encabezada por María Eugenia Vidal ex Gobernadora de la provincia de Buenos Aires, claro ejemplo de mujeres excepcionales y la lista del Frente de Izquierda encabezada por Myriam Bregman, el resto eligió hombres para la exposición pública.
La visibilidad la tiene quien encabeza y hoy, en este mundo mega comunicado, la visibilidad da poder real. Tener mayoría de hombres encabezando, desmotiva la incorporación de mujeres a los partidos políticos, sigue acumulando poder solo entre los varones y no permite que más mujeres ingresen en las cámaras, si todo es encabezado por hombres la cantidad de hombres que ingresan es mayor. Acá no corre la excusa de quien arrastra votos, si hay algo que vimos en este cierre 2021 es que NO todos los nombres que encabezan son topadoras de votos, muchos son amigos semi conocidos con un perfil safable y buena onda, características que tienen muchas mujeres dentro de los espacios.
El otro problema estructural que permanece en términos de poder es que las posibilidades para ocupar lugares por fuera de las listas legislativas sigue siendo tendiente a cero. Esto es evidente. Los ministerios, las secretarías y las primeras líneas son ocupadas mayoritariamente por varones. La paridad no llega hasta ahí, entonces cuando al señor de la lapicera le toca cubrir un espacio de gestión puede poner a su gusto a todos los hombres que tiene en sus grupos. No hay condena social y está mucho más invisibilizado. Mientras tanto se ocupa de sostener a las mujeres suficientes dentro de sus espacios para cubrir la paridad de la lista cuando le toque la banca rosa.
Es importante destacar que este círculo vicioso de la no renovación de poder es mucho más profunda en los partidos tradicionales nacionales, la Unión Cívica Radical y el Partido Justicialista, mientras los nuevos partidos a la derecha y a la izquierda de los tradicionales, como el PRO y el Kirchnerismo crearon listas donde hay mujeres que llevan las lapiceras, como es el caso de Patricia Bulrich y Vidal que tuvieron participación en el armado, y una composición más diversa incluyendo mujeres del campo popular y personas trans como lo hizo la Cámpora. Sin embargo nadie escapa al machirulismo político, estamos en el gobierno más feministo de los últimos 30 años y sólo 3 ministerios son ocupados por mujeres y uno de ellos es el de géneros.
En algunos distritos, como Córdoba, la puja política quedó con un gusto amargo y vemos que Brenda Austin no renovó su banca. Lo que pasó lo saben solo en su espacio, pero que una mujer de la talla de Brenda no haya tenido el peso para renovar nos debería hacer un poco de ruido. Un contra ejemplo es el caso de La Pampa donde un grupo de mujeres radicales decidió armar su espacio para las PASO y presentar sus listas encabezadas por mujeres, la única del país. Sí, solo un frente en todo el país puso en todas sus listas a mujeres para encabezar.
La paridad fue un gran avance, pero no hay que permitir que este logro nos haga creer que está todo ganado. Todavía tenemos que resolver cómo hacemos para que las organizaciones muten y que las nuevas generaciones de mujeres y diversidades conduzcan sus propios espacios. Falta mucho para democratizar la política pero por lo menos llegamos a las cámaras.
Felicitaciones a todas las mujeres candidatas, vamos por un 2023 encabezado por mujeres en todas las listas!!
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